La mayoría de las personas que deciden viajar a Islandia, lo hacen atraídas por la gran belleza paisajística de este país.
Sin embargo, aunque Reikiavik no es una ciudad que cuente con grandes monumentos como tal vez otras capitales europeas, no deberías de descartar visitarla.
A continuación, os contamos que ver en Reikiavik, la capital más septentrional del mundo.
1. La Iglesia Hallgrimskirkja, un «must» que ver en Reikiavik
La atracción turística más visitada de la capital islandesa es esta enorme iglesia luterana.
Llama potencialmente la atención su exterior. Su constructor se inspiró en las columnas de basalto que hay por todo el país.
Es la iglesia más grande de Islandia. Su torre, de 73 metros de altura, hace que sea a la vez el edificio más alto de la ciudad.
Si deseas disfrutar de una bonita vista panorámica de Reikiavik, puedes subir a la torre de la iglesia, comprando el ticket de acceso, el cual vale 1300 ISK (tarifa 2023).
Si no te apetece gastar dinero, lo que si que puedes hacer de forma totalmente gratuita, es entrar a la iglesia. Te sorprenderá la austeridad de su interior, donde el elemento más destacado es, sin lugar a dudas, su órgano.
2. La escultura Viajero del Sol
En las orillas del mar, en un agradable paseo marítimo, podemos encontrar otro lugar que se ha convertido en un auténtico símbolo de la ciudad.
Esta escultura, realizada en acero inoxidable sobre losas de granito, representa para muchos una barca vikinga. Sin embargo, el escultor con esta obra iba más allá. Quería simbolizar la promesa de un territorio nuevo por descubrir, que al ver la escultura, uno dejara volar su imaginación y pensara a que lugar podría viajar con ese barco.
3. Harpa
Este centro de conciertos y conferencias, con un diseño muy moderno y vanguardista, es el centro de la vida cultural de la ciudad.
El edificio, inspirado en la naturaleza islandesa, en particular en los bloques de hielo, es en sí una obra de arte que ha ganado numerosos premios por su sorprendente arquitectura.
En su planta quinta hay un mirador, al cual se puede subir. Lamentablemente, cuando fuimos nosotros estaba cerrado.
Harpa, un gran atractivo turístico, que tienes que visitar si viajas a Reikiavik.
4. El centro de la ciudad
Cuando uno visita una ciudad, algo que recomendamos encarecidamente es pasear por su centro y así conocer un poco el ambiente que se respira en sus calles principales. Y en Reikiavik no es una excepción.
Aunque su centro es muy pequeño y no alberga grandes monumentos como otras capitales europeas, merece la pena dejarse perder por ahí. Os sugerimos que conozcáis al menos las dos siguientes calles:
La Calle Laugavegur
El nombre de esta calle emblemática significa camino del agua, dado que antiguamente por aquí pasaban todas las mujeres que iban a lavar sus ropas hacia los manantiales.
En la actualidad esta es la calle más famosa y animada de Reikiavik, donde encontrarás, además de una gran cantidad de tiendas, bares y restaurantes, las típicas casas islandesas con coloridas fachadas.
La calle Skólavördustígur
Esta es otra de las calles más comerciales de la ciudad. Si bajas al comienzo de la calle, encontrarás el suelo de la calzada pintado con los vivos colores del arcoíris.
Si quieres una buena toma fotográfica, te recomiendo que saques la foto desde el comienzo de la calle, que es el punto más bajo, ya que de esta forma podrás sacar también a la iglesia Hallgrimskirkja de fondo.
5. El Lago Tjörnin
En el corazón de la ciudad, muy cerquita del ayuntamiento, podemos visitar un pequeño y tranquilo lago, donde resulta un verdadero placer caminar por los senderos que lo rodean, mientras ves como nadan en él una gran cantidad de aves, como patos y cisnes.
En una de las orillas del lago, se han levantado edificios destacados como por ejemplo la Galería Nacional de Islandia y la iglesia libre de Reikiavik, una iglesia luterana de color blanco y verde, con más de cien años de antigüedad.
En invierno, debido a las gélidas temperaturas, el lago se congela y, en muchas ocasiones, es utilizado como pista de patinaje.
6. La Plaza Austurvöllur
Se trata de una pequeña y tranquila plaza, con zonas ajardinadas, ubicada en el centro de la capital islandesa.
En esta plaza, una de las más antiguas de todo el país, se halla en el centro la estatua de Jon Sigurdsson, líder del siglo XIX del movimiento de independencia de Islandia. En un lateral podrás encontrar también el Parlamento de Islandia.
En una esquina de la plaza, se halla la catedral, un modesto edificio que pasa desapercibido.
7. Perlan
Alejándonos de lo que es el centro de Reikiavik, podemos visitar un interesante museo, el Museo Perlan.
Se trata de un museo de historia natural, inaugurado en el año 1991, ideal para toda la familia. En él, podrás disfrutar de una exhibición de auroras boreales, un espectáculo de lava, adentrarte en una representación de una cueva de hielo de unos cien metros, con una temperatura de menos 15º C, que tiene la peculiaridad de ser la primera de su tipo en el mundo.
Del edificio destaca su cúpula de cristal que se encuentra circunvalada por un privilegiado mirador, desde el cual podrás disfrutar de una panorámica de 360º de la ciudad.
Hasta hace poco se podía acceder a algunas zonas de este museo de forma gratuita. Sin embargo, desafortunadamente, esto ha cambiado y ahora todo es de pago y, además, como es habitual en Islandia, no es precisamente barato. El precio de la entrada es de 4.990 ISK.
Horario:
Todos los días, de 9:00 a 22:00 horas.
8. Nauthólsvik
¿Te gustaría en un día frío poder ir a la playa a Islandia y bañarte en el Atlántico Norte? La mayoría de las personas responderían con un rotundo “no”. Pero más de uno cambiaría de opinión tras saber que Reikiavik cuenta con una playa geotermal de arena dorada.
Esta playa, ubicada a unos 4 km del centro, es la única playa geotérmica de la ciudad. Cuenta en la orilla del mar con un pequeño estanque con agua templadita, así que no hay excusas para no darse un chapuzón en las playas de Islandia.
9. Faro de la isla de Grótta
Muy cerquita de la capital, se encuentra una pequeña isla llamada Grótta. Con marea baja, esta isla se encuentra unida a Islandia por un istmo de 300 metros.
Grótta es una reserva natural que cuenta con un llamativo faro, construido en 1897. Si quieres acercarte a la isla, ten mucho cuidado ya que puede ser que, en poco tiempo, la marea empiece a subir y te quedes atrapado en la pequeña isla.
Nosotros, como vimos que la marea estaba subiendo, decidimos ser precavidos y conformarnos con sacar unas cuantas fotos del faro desde la otra orilla.
10. Kvika
Muy cerquita de la isla de Grótta, antes de llegar a ella, existe un lugar que, al ser bastante pequeño, puede pasar desapercibido.
Se trata de un pozo donde el agua está a unos 39º C. Dada sus dimensiones, 30 cm de profundo y 90 cm de ancho, es ideal para meter los pies y darles un relajante baño en aguas termales.
11. Piscinas públicas
Hay un refrán español que dice “Allá donde fueres, haz lo que vieres”. Así que, si quieres hacer algo auténticamente islandés, te sugerimos que vayas a una piscina pública.
A simple vista no pudiera parecer muy atractivo, pero ir a la piscina es algo muy pero que muy tradicional y popular en este país.
Ya tan solo la capital islandesa cuenta con una gran cantidad de piscinas.
Cabe mencionar que el agua de las piscinas está calentita, así que es una verdadera gozada poder bañarse en ellas en cualquier época del año. Una alternativa muchísimo más barata que el afamado Blue Lagoon.
