Si uno viaja a la capital de Lituania, quedará cautivado por su casco antiguo barroco. Pero no sólo cautiva a los turistas, ya que la UNESCO, en el año 1994, lo declaró Patrimonio de la Humanidad. Como dato curioso hay que mencionar que Vilna posee uno de los centros históricos más extensos de Europa.
A continuación, os indicamos qué ver en Vilna.
Plaza de la Catedral, un «must» que ver en Vilna
Esta hermosa plaza, con sus principales edificios en blanco, deslumbra.
Antiguamente, esta plaza estaba rodeada por un foso y era un lugar utilizado para las ferias y los mercados. De los muros y torres que había en la parte inferior de foso sólo queda el campanario.
¿Qué es lo que podemos ver en esta plaza?
La Catedral
En el emplazamiento de un antiguo templo dedicado al dios lituano del trueno, en el siglo XIV se levantó la primera catedral de madera. Un siglo más tarde, esta catedral fue sustituida por un edificio más majestuoso. A finales del siglo XVIII se llevó a cabo una importantísima restauración, rehaciéndose todo el exterior, en un estilo neoclásico, tal y como puede verse en la actualidad.
El interior de la catedral presenta varios frescos, pinturas, esculturas y lápidas funerarias de gran valor.
Hoy en día, la catedral de Vilna es tan popular que ha llegado a considerarse como un símbolo nacional.
El campanario
Este campanario, de 57 metros de altura, se construyó en el siglo XV.
Como se puede apreciar, se encuentra separado del cuerpo principal de la catedral, ya que, como se ha mencionado antes, se trataba de una antigua torre defensiva.
Este edificio es uno de los más emblemáticos de la ciudad.
Palacio de los Grandes Duques de Lituania
El palacio, ubicado en el antiguo castillo inferior de Vilna, fue construido originalmente en el siglo XV para los gobernantes del Gran Ducado de Lituania. Durante cuatro siglos, el palacio fue el centro político, administrativo y cultural.
Después de que el Gran Ducado de Lituania se incorporara al Imperio Ruso, se ordenó la demolición del Palacio en 1801.
Recientemente, a comienzos de este siglo XXI, el palacio fue nuevamente reconstruido, en un estilo renacentista y hoy en día, alberga en su interior un museo.
Este hermoso edificio lo podemos encontrar justo detrás de la catedral.
Torre de Gediminas
Sobre lo alto de una colina, dominando el paisaje urbano de Vilna, se encuentra esta interesante y popular atalaya, que es visible desde cualquier rincón de la ciudad.
Originalmente, la Torre de Gediminas formaba parte del castillo de Vilna, construido a principios del siglo XV. Desgraciadamente, de este antiguo castillo, poco queda ya.
Esta robusta torre, de 48 metros de altura, fue edificada en ladrillo rojo.
Hoy en día, esta torre, recientemente restaurada, es considerada como un símbolo de la ciudad y es uno de los lugares que más turistas recibe. En la actualidad forma parte del Museo Nacional de Lituania y su interior alberga una pequeña exposición.
Otro de los puntos fuertes de esta torre es que desde ella se puede disfrutar de una espléndida vista panorámica de la ciudad.
Iglesia de Santa Ana
Esta iglesia se construyó a principios del siglo XVI, en estilo gótico tardío.
Para su construcción se emplearon 33 diferentes tipos de ladrillos rojo.
Su llamativo trazado cautivó al emperador Napoleón, ya que, según dice la leyenda, después de ver la iglesia, quiso llevársela a París.
Hoy en día representa una joya arquitectónica gótica.
Palacio Presidencial
El palacio fue construido en el siglo XIV y a lo largo de la historia ha sido ampliado y renovado. Fue utilizado como residencia de emperadores, reyes y nobles. En la década de 1930 fue restaurado y desde 1997 el palacio se ha convertido en la sede oficial del Presidente de Lituania.
La Plaza del Ayuntamiento
En el casco antiguo de Vilna, encontramos este bonito espacio abierto, muy animado, rodeado de cafés y de restaurantes típicos de la zona.
En esta plaza peatonal podemos encontrar, en un extremo, una fuente y en otro extremo, el Ayuntamiento de capital lituana.
El edificio fue reconstruido, en el siglo XVIII, en un estilo clásico.
Iglesia de San Casimiro
Muy cerquita del Ayuntamiento se encuentra la iglesia barroca más antigua de la ciudad.
Fue construida en 1618 y a lo largo de los siglos este edificio religioso ha experimentado varias reconstrucciones e incluso modificaciones. Por ejemplo, bajo el poder zarista, le añadieron una cúpula en forma de bulbo y se convirtió en una iglesia ortodoxa. Posteriormente, como se puede observar hoy en día, esta cúpula fue retirada.
La Puerta de la Aurora
Antaño, la capital lituana estaba rodeada por una enorme muralla defensiva. A fin de controlar la entrada a la ciudad, esta fortaleza estaba dotada de diez puertas. De todas ellas, hoy en día solo queda en pie una, la Puerta de la Aurora, mientras que las otras fueron destruidas por orden del gobierno a finales del siglo XVIII.
Esta puerta, construida a principios del siglo XVI, también se la conocía como la Puerta de Medininkai, ya que conducía al pueblo de Mendininkai.
En la actualidad, esta puerta es un lugar importante de peregrinación para los católicos.
La calle Pilies
En 1994 la ciudad vieja de Vilna fue incluida dentro de la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1994, en reconocimiento de su originalidad y valor universal.
Una de las calles por donde recomendamos pasear es por la calle Pilies. Esta calle es la principal arteria de la ciudad vieja, que atraviesa prácticamente todo el casco antiguo, de norte a sur. Esta animada calzada es el centro de la vida comercial, llena de tiendas, cafés y restaurantes.
La torre de TV
Alejándonos un poco del centro de la ciudad de Vilna, podemos encontrar esta elevada torre, construida en 1980. Sus más de 326 metros de altura la han convertido en la estructura más alta en Lituania.
Se puede subir en ascensor al restaurante que hay a 165 metros de altura, con un mirador giratorio desde el que puedes ver toda la ciudad, a vista de pájaro.
Castillo de Trakai
A unos 27 kilómetros de Vilna, podemos visitar una de las mayores atracciones turísticas de toda Lituania.
Se trata de un encantador castillo, de ladrillo rojo, ubicado en un paraje natural de gran belleza, concretamente en una isla del lago Galvé. Para poder acceder a él hay que cruzar un puente peatonal que comunica el castillo con la orilla.
El edificio fue construido a comienzos del siglo XV, en tres diferentes fases. Fue utilizado como estructura defensiva, también como residencia e incluso como prisión.
Durante los siglos XIX y XX el castillo se sometió a una importantísima obra de reconstrucción, quedando perfectamente rehabilitado en el mismo estilo que tenía originalmente.
En la actualidad, este castillo recibe cada día muchos turistas, especialmente durante los meses de verano, ya que en esta época estival el patio del castillo se convierte en un asombroso escenario en el que se presentan obras de teatro ambientadas en la Edad Media, ferias de artesanía, de gastronomía, torneos medievales…
Hoy en día, además de disfrutar del ambiente tan animado, puedes visitar sus galerías, salones y aposentos, algunos de los cuales acogen el Museo de Historia de Trakai.
Desde nuestro punto de vista, el castillo de Trakai es una excursión obligatoria si te encuentras en la capital.
Para una información mucho más detallada, os dejamos el enlace de la página oficial del Castillo de Trakai.
El palacio de Uzutrakis
Si damos una vuelta alrededor de la isla donde se encuentra el castillo de Trakai, podemos visualizar, en la otra orilla, el palacio Uzutrakis, construido en el siglo XIX, en un estilo renacentista.
Este palacio se encuentra rodeado por un bonito parque, que es considerado uno de los más grandes del país.
Si dispones de más días libres, te recomendamos que visites también las otras dos capitales bálticas: Riga y Tallin.