Poblada desde épocas muy antiguas, la gran ciudad califal se levanta a orillas del río Guadalquivir.
La capital cordobesa es una ciudad llena de lugares extraordinarios e inolvidables, cuyo centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. De hecho, en nuestro viaje por Andalucía, Córdoba fue una de las ciudades que más nos cautivó.
A continuación, os indicamos qué ver en Córdoba.
1. La mezquita, un «must que ver en Córdoba
El edificio más icónico y seductor de toda la ciudad es su mezquita.
El principal legado arquitectónico que dejaron los árabes en la ciudad fue convertido en catedral tras la conquista cristiana.
Sus 24.000 metros cuadrados la convierten en el mayor edificio religioso del mundo musulmán.
Su exterior se asemeja a una fortaleza, con sus muros rematados en almenas. Cuenta con varias puertas interesantes y atractivas. Estas son algunas de ellas:
Puerta del Palacio
En la fachada oeste de la mezquita, se halla esta puerta construida en la ampliación realizada por Alhakén II. También es conocida como puerta de la Paloma o puerta de San Pedro.
Puerta del Perdón
En su fachada norte, anexa a la torre, encontramos esta puerta monumental de estilo mudéjar que da acceso al Patio de los Naranjos. Fue construida en el siglo XIV, bajo el reinado de Enrique II y posteriormente reformada en el siglo XVII. Consta de dos arcos de herradura, uno de ellos da a la calle y el otro al ya citado patio de los Naranjos.
Puerta de Santa Catalina
En la fachada este, se halla esta interesante puerta que, al igual que la puerta arriba mencionada, la puerta del Perdón, también da acceso al patio de los Naranjos.
Esta puerta, compuesta de dos cuerpos, fue construida en el siglo XVI, en un estilo renacentista.
Recibe su nombre por su cercanía al antiguo convento de Santa Catalina.
Puerta de San Ildelfonso
Esta puerta, construida en la ampliación realizada por Alhakén II, se halla en la fachada oeste de la mezquita.
Puerta de San Nicolás
El nombre de esta puerta proviene de la capilla que se encuentra al otro lado de la puerta.
Esta puerta mudéjar, restaurada en 1913, se halla en la fachada este de la mezquita.
El Patio de los Naranjos
Una vez que hemos contemplado el exterior de la mezquita y nos adentramos a ella, lo primero que vemos es el Patio de los Naranjos.
Como os podréis imaginar, este patio está repletito de estos árboles frutales. Según hemos leído (no nos hemos puesto a contar) hay nada más y nada menos que casi 100 naranjos. De ahí su nombre.
Además de naranjos, también podemos ver cipreses y palmeras, todos ellos distribuidos en hileras. Junto con los árboles, algo que no podría faltar es el agua. Este bien, tan preciado en la cultura islámica, se encuentra presente en sus dos fuentes y en sus surtidores.
Este patio es el más grande y el más antiguo de la ciudad. Al tratarse del patio perteneciente a la mezquita su función principal era las abluciones, sin olvidar por supuesto su función social, dado que este lugar constituía un punto de encuentro para la sociedad cordobesa.
La Torre Campanario
A lo largo de los siglos, aunque su función ha seguido siendo la misma (congregar a sus feligreses), su estilo arquitectónico se ha visto enormemente modificado. De ser un antiguo alminar musulmán a pasar a convertirse en una esbelta torre campanario.
Esta torre, con sus 54 metros de altura, es el edificio más elevado de la ciudad de Córdoba.
El interior del templo
Después de haber visto el exterior de la mezquita y el Patio de los Naranjos, nos adentramos por fin, al lugar más esperado, el interior de la mezquita.
Esta zona, destinada para la oración, es un auténtico océano de columnas y de arcos.
En este océano de arcos bicolor, podrás encontrar arcos dobles de herradura, arcos de medio punto y también, aunque en menor medida, arcos lobulados. Un lugar único que no te dejará indiferente.
Pero ¿qué más podemos ver en el interior de la mezquita? Seguid leyendo nuestro blog, que a continuación os lo contamos.
El Mihrab
Hacia esta zona, la más espectacular y suntuosa de la mezquita, los fieles orientaban sus rezos y plegarias.
Consta de un arco de herradura central y de preciosos mosaicos que recubren y decoran la pared
La Catedral
En el interior de la mezquita se halla esta catedral de planta cruz latina. De su interior destaca la sillería del coro, elaborada en madera de caoba traída desde la isla de Santo Domingo y tallada con diversos temas.
Os recomendamos deteneros un poco y mirar hacia arriba para contemplar sus impresionantes bóvedas y su cúpula renacentista.
Para una información mucho más detallada sobre los precios y el horario, os dejamos el enlace de la página web de la Mezquita de Córdoba.
2. Alcázar de los Reyes Cristianos
Otro lugar imprescindible que, junto a la mezquita, debéis de visitar es el Alcázar de los Reyes Cristianos, declarado Bien de Interés Cultural.
Fue construido en 1328 por orden de Alfonso XI, sobre el antiguo Alcázar Andalusí y fue utilizado en diversas ocasiones como residencia de los Reyes Católicos.
El conjunto arquitectónico, de aspecto sobrio si lo observas desde el exterior, se encuentra rematado por cuatro torres: del Homenaje, de los Leones, de la Inquisición y de la Paloma.
Las salas de lo que fue la antigua residencia real albergan entre otras cosas un gran mosaico y un sarcófago, ambos de época romana.
Pero la zona más atractiva y que más atención recibe son sus bellísimos jardines.
Naranjos, cipreses y palmeras abrazan elegantes fuentes y estanques, siendo el agua el principal protagonista.
Unos preciosos jardines que sintetizan el esplendor de este alcázar cordobés.
3. Baños árabes
En la ciudad de Córdoba destacan dos históricos baños árabes: los baños del Alcázar Califal y los baños árabes de Santa María.
Nosotros visitamos únicamente los primeros, los baños del Alcázar Califal. En estos baños o hammam, se pueden visitar las tres salas: la sala fría, la sala caliente y la sala templada, siendo ésta la más importante del baño.
4. Puente Romano
Sobre el río Guadalquivir, tenemos el puente Romano, también conocido como el puente Viejo ya que durante veinte siglos fue el único puente que tenía Córdoba.
Este puente peatonal, declarado Bien de Interés Cultural, ha sido restaurado durante este siglo XXI.
El puente está hecho de piedra, está compuesto por 16 arcos y se encuentra muy cerquita de importantes puntos de interés turístico. Por ejemplo, en uno de sus extremos se halla la Puerta del Puente y en el extremo opuesto se encuentra la Torre de la Calahorra.
5. Torre de la Calahorra
En las orillas del río Guadalquivir, en el extremo sur del Puente Romano, se alza la torre de la Calahorra, declarada Conjunto Histórico Artístico.
Esta torre es una fortaleza de origen islámico concebida como entrada y protección del puente romano.
A lo largo de los siglos se le ha dado diferentes usos como prisión de nobles, centro educativo femenino y cuartel de la Guardia Civil. En la actualidad alberga la sede del Museo Vivo de al-Ándalus.
6. Triunfo de San Rafael de la Puerta del Puente
Muy cerquita de la Mezquita y de la Puerta del Puente, se halla este conjunto escultórico, realizado en el siglo XVIII.
Se trata de uno de los muchos triunfos que existen en la ciudad de Córdoba, aunque este es en realidad el más vistoso de todos.
7. El barrio de la Judería
Visitar la ciudad de Córdoba implica pasear por su barrio más emblemático, la Judería.
Se trata de un conjunto laberíntico de estrechas callejuelas, donde antiguamente la población judía residía hasta su expulsión.
Recomendamos dejarte perder y recorrer sin rumbo fijo estas angostas calles, decoradas con flores y amenizadas con numerosas tiendas de artesanía, bares y restaurantes donde podrás deleitarte con sus platos típicos, como por ejemplo, las berenjenas con miel, el rabo de toro y los flamenquines. ¡Para chuparse los dedos!
8. Calleja de las Flores
En el pleno corazón del barrio de la Judería, encontramos una muy estrecha callejuela, que probablemente sea uno de los rincones más fotografiados de Córdoba, la Calleja de las Flores.
Esta calle, decorada y aromatizada con un sinfín de plantas y flores, te conduce hasta una coqueta plazoleta. Desde este extremo de la calle, puedes visualizar una preciosa perspectiva: La torre de la Mezquita-Catedral al fondo, con las flores y los arcos de esta singular calleja.
9. Museo Municipal Taurino
En una antigua mansión señorial del siglo XVI, en la plaza Maimónides, se halla este museo, que guarda una amplia colección de recuerdos de los más afamados toreros cordobeses.
A nosotros, como no nos gustan los toros, no visitamos el museo. Sin embargo, nos pareció curioso conocerlo desde fuera.
10. Sinagoga de Córdoba
Se trata de una de las tres sinagogas que existen en España y la única que se conserva en Andalucía, tras la expulsión de los judíos en 1492.
Esta sinagoga, declarada Monumento Nacional, fue construida a comienzos del siglo XIV, concretamente en el año 1315, y tiene una clara influencia mudéjar.
Consta de dos plantas. La planta baja donde se encuentra el patio de acceso, el atrio y la sala de oración. Y la planta alta, donde se halla un patio y la galería de mujeres.
11. Los Patios de Córdoba
Uno de los elementos más característicos de la ciudad de Córdoba son sus patios.
La colección de patios cordobeses es muy amplia y está llena de diversidad. Los hay de todo tipo. Patios privados o públicos. Patios individuales o colectivos. Patios enormes o minúsculos. Patios con o sin galerías… Así que, como os podéis imaginar, la variedad es infinita.
Aunque los patios cordobeses se encuentran repartidos por toda la ciudad, el barrio que cuenta con un mayor número de patios es el barrio de San Basilio.
Es posible visitarlos durante todo el año, aunque hay que señalar que cuando cobran un mayor protagonismo es durante la primera quincena del mes de mayo.
En dicho mes se celebra el afamado Festival de los Patios Cordobeses, galardonado con los títulos de “Fiesta de Interés Turístico Nacional” y “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” por la Unesco.
En el festival, los propietarios de todos los patios participantes en el concurso abren sus patios, los cuales se encuentran en su máximo esplendor.
12. Las Murallas
Los antiguos muros defensivos de la ciudad de Córdoba fueron construidos en tres épocas diferentes:
- Época romana: Las primeras murallas fueron construidas en el siglo II, abarcando un perímetro de 2650 metros. Este recinto amurallado contaba con cuatro puertas que estaban orientadas a cada uno de los cuatro puntos cardinales. Posteriormente, se eliminó el lienzo sur para ampliar el área amurallada.
- Época musulmana: Además de la reconstrucción de las antiguas murallas romanas, se edificó una nueva anexa a la anterior, con el fin de proteger las viviendas ubicadas extramuros. De esta forma, el recinto amurallado quedó dividido en dos partes.
- Época cristiana: Se restauraron las antiguas murallas y se añaden tres nuevos recintos amurallados.
A día de hoy, se conservan bastantes metros de lienzo en muy buen estado. A lo largo de él, se pueden observar varios torreones y tres interesantes puertas, que son las siguientes:
Puerta de Almodóvar
La puerta actual fue construida en el siglo XIV sobre una puerta de origen árabe, que daba acceso al interior de las antiguas murallas de Córdoba, por su lado oeste.
Su nombre procede del antiguo camino que comunicaba esta puerta con la población de Almodóvar del Río.
Esta puerta, que es la más antigua y la menos modificada del conjunto, consta de dos torreones prismáticos unidos a manera de puente por un arco algo apuntado.
Recomendamos recorrer la calle Cairuán, un paseo que existe por el exterior de la muralla, desde la puerta de Almodóvar hasta el arco de la Luna.
Desde nuestro punto de vista, se trata de uno de los rincones más bonitos y llenos de encanto de la ciudad. A lo largo del este agradable paseo podrás contemplar varios estanques, esculturas y, por supuesto, las impresionantes e históricas murallas. 100 % recomendable.
Este agradable paseo finaliza en el Arco de la Luna o Puerta de la Luna, la cual se encuentra a unos 300 metros de la ya citada Puerta de Almodóvar.
Antiguamente la calle de la Luna era un callejón sin salida. Así que, ya en época moderna, se decidió abrir la puerta de la Luna en la muralla, para facilitar de esta forma el acceso al barrio de la Judería. En la actualidad, atravesando este arco y el pasadizo, se accede a una pequeña, pero coquete plazuela, con una fuente adosada a la pared.
Puerta del Puente
Al igual que la puerta de Almodóvar, esta es una de las tres únicas puertas históricas que se conservan en Córdoba.
Donde antaño se localizaron puertas romanas y musulmanas, se decidió construir una nueva puerta, en sustitución de la anterior, en estilo renacentista, para conmemorar la celebración de las Cortes de Felipe II en 1570.
Esta puerta, con columnas estriadas de orden dórico y de aspecto monumental, ha sido declarada Bien de Interés Cultural.
En la actualidad, es un monumento visitable que alberga una sala de exposiciones y un mirador situado en la parte superior.
Puerta de Sevilla
Se trata de una puerta de acceso del siglo XIV, de aspecto mucho mas sencillo y de tamaño mucho más pequeño en comparación con las dos puertas anteriores.
Lo que más llama la atención son dos pequeños arcos, adosados perpendicularmente al muro que discurre junto a la puerta y una pequeña torre.
Según estudios recientes se cree que, además de su función defensiva, también había sido utilizado como acueducto.
Delante de la puerta, se alza el monumento al filósofo e historiador Ibn Hazm, realizado el pasado siglo XX.
13. Plaza del Potro
Esta plaza, uno de los lugares más pintorescos y representativos de la ciudad, fue lugar de encuentro de tratantes y de mercaderes que venían a ofrecer el producto de sus tierras.
En el centro se encuentra la bella fuente de estilo renacentista y que data del año 1577.
Esta coqueta fuente se encuentra coronada por la figura de un potro que levanta sus patas delanteras sujetando un cartel con el escudo de la ciudad. Este potro, como os podéis imaginar, es el responsable de dar nombre a la plaza.
En un lateral se alza la antigua posada del Potro, mencionada en diversos lugares por Miguel de Cervantes.
En la fachada de enfrente está el Museo de Bellas Artes de Córdoba y el Museo de Julio Romero de Torres, ambos ubicados en el antiguo Hospital de la Caridad.
14. Plaza de la Corredera
Uno de los lugares más emblemáticos de Córdoba es la Plaza de la Corredera, lugar donde antiguamente se celebraban las corridas de toros. De ahí su nombre.
Se trata de una plaza mayor cuadrangular con soportales, única en su género en Andalucía. A nosotros nos recordó mucho a la Plaza Mayor de Madrid y de Salamanca.
En el año 1981 esta plaza fue declarada Monumento Histórico Artístico, lo que incentivó a que se llevara a cabo un importante proyecto de rehabilitación.
En esta plaza, mandada construir en el siglo XVII, reina la uniformidad de sus edificios, salvo por dos de ellos, que rompen totalmente ese equilibrio. Se trata de los siguientes:
El Mercado de Sánchez Peña
Aunque actualmente hace la función de mercado de abastos, este edificio ha sido utilizado como casa consistorial, cárcel y fábrica de sombreros, donde se instaló la primera máquina de vapor de la ciudad.
Las Casas de Doña Ana Jacinto
Sitas junto al ya mencionado Mercado Sánchez Peña. Este edificio, célebre por sobrevivir a los intentos de demolición, consta de tres alturas en las que se disponen una serie de balconcillos separados por columnas de fuste liso y capitel toscano.
15. Templo Romano
Cuando se decidió realizar unas obras para ampliar el ayuntamiento de Córdoba, de forma casual, en el año 1951 se descubrió este yacimiento arqueológico.
Se trata un templo romano, de orden corintio, dedicado al culto imperial.
Este templo, de grandes dimensiones, ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
16. Palacio de Viana
Este palacio, situado en el barrio de Santa Marina y declarado Bien de Interés Cultural, fue construido en el siglo XV y ampliado con el paso de los siglos.
Su nombre proviene del marquesado de Viana, última familia propietaria del inmueble.
Durante su visita, uno puede conocer los siguientes elementos:
- El interior del palacio.
- El Jardín, que con sus 1.200 metros cuadrados se convierte en la zona al aire libre más grande del palacio.
- Sus hermosos doce patios cordobeses, unidos entre sí por galerías, donde el agua y la vegetación se fusionan con una exquisita armonía. Estos doce patios son los siguientes:
Patio de los Gatos. Se trata en realidad del primer patio de vecinos documentado en la ciudad cordobesa. En el siglo XIX, cuando los Viana adquieren la propiedad, se instalaron en la sala contigua las cocinas. Los gatos, atraídos por el olor, acudían a este patio. De ahí el nombre.
Patio de los Naranjos. Entrada original del palacio durante el siglo XV hasta la construcción del patio de Recibo. Su nombre es debido a que alberga, como os podréis imaginar, una gran cantidad de naranjos.
Patio de Recibo. Desde el siglo XVI es la entrada del palacio. Está dotado con dieciséis columnas de estilo toscano, cuatro en cada lado del patio, y se encuentra adosado a las caballerizas.
Patio de la Madama. En este patio, diseñado para ser disfrutado desde el interior, se halla un círculo de cipreses que enmarca a la ninfa de su fuente central.
Patio de las Rejas. Recibe este nombre por las monumentales rejas que permiten observar el patio desde el exterior. Así que, a diferencia del patio de la Madama, este fue pensado para exteriorizar el poder y el alto estatus social, por lo que ha sido siempre uno de los patios más mimados por los dueños.
Patio de las Columnas. Se trata del patio más grande y el más reciente, ya que fue realizado durante los años 1980.
Patio de la Alberca. En este patio se ubicaba la denominada casa de campo, donde los Viana gestionaban sus otras propiedades rurales.
Patio del Pozo. El verdadero protagonista de este patio es un antiguo y sencillo pozo, desde el que se extrae agua del arroyo Colodro.
Patio de los Jardineros. Recibe el nombre por albergar las herramientas de trabajo de los jardineros. Llama la atención el muro cubierto de celestina y los objetos arqueológicos introducidos en el siglo XX para darle un aire más señorial.
Patio de la Capilla. Su nombre proviene de la existencia de una capilla anexa al patio.
Patio del Archivo. De todos los patios, este es el más interior del complejo. Su nombre se debe al archivo palaciego ubicado en la entreplanta.
Patio de la Cancela. Entrada del palacio de los marqueses de Torres Cabrera hasta su adquisición por los Viana en el siglo XIX.
17. La iglesia de Santa Marina
Esta iglesia es una de las llamadas iglesias fernandinas ya que fue mandada construir por el rey Fernando III de Castilla, tras la conquista de la ciudad.
Su edificación se llevó a cabo entre finales del siglo XIII y el XIV, en un estilo principalmente protogótico y mudéjar.
Se trata de un edificio de planta rectangular, dividida en tres naves, siendo la principal más alta que las laterales.
De su exterior, de aspecto sólido, destacan las portadas, el rosetón de estética gótico mudéjar y los cuatro potentes contrafuertes. Muy interesante es también la torre campanario levantada a mediados del siglo XVI.
Desde 1931 es considerada como Monumento Histórico-Artístico Nacional.
18. Plaza del Conde de Priego
Frente a la fachada principal de la ya mencionada iglesia de Santa Marina, tenemos esta tranquila y apacible plaza, con forma rectangular.
En su centro se halla el monumento a Manolete, inaugurado en 1956 y dedicado al torero cordobés Manolete, considerado como uno de los grandes maestros de la historia de la tauromaquia de España.
19. Palacio de la Merced
El Palacio de la Diputación Provincial de Córdoba, declarado Bien de interés cultural, se halla localizado en el antiguo convento de la Merced Calzada, posteriormente convertido en un hospicio.
Se trata de un único y gran ejemplo de arquitectura barroca de la ciudad. De este palacio sobresalen su hermosa fachada, los patios y la gran esclera principal, de estilo imperial, realizada en mármol.
20. Torre de la Malmuerta
Se trata de una torre albarrana de la antigua muralla de Córdoba, que se apoya en un arco y que cuenta con planta octogonal.
Se mandó construir, a principios del siglo XV, con el objetivo de defender las puertas del Rincón y del Colodro. Tardó cuatro años en edificarse.
Cuando perdió su función defensiva, se le dio diversos usos, desde prisión para nobles hasta ser la sede de la Federación de Ajedrez, durante el siglo XX.
Su nombre tan extraño, Malmuerta, responde a una antigua leyenda de crímenes y de venganzas.